lunes, 4 de julio de 2011

CANSADO DE GRITAR AL SILENCIO


Estoy cansado de gritar al Silencio,
De derramar lágrimas saladas a cada paso
Que doy pesaroso en las mañanas del Olvido.

En ese Olvido, mi olvido, tu olvido,
Donde el Tiempo me consume indiferente,
Diáfano y ufano en su labor constante
De cavar con sus horas mi tumba,
Mi olvido,
Mi profundo lamento,
El hondo suspiro
Que exhala mi vida doliente.

Grito al Silencio y en él inmerso
Condeno mi vida, alabo mi muerte,
Cerceno sin compasión mi propia voz
Para no volver a ser oído,
Jamás oídos mis pobres sonidos
Que no son sino lacónicos lamentos.

El Silencio, este Silencio al que grito,
Me contempla sonriente y se ríe,
Ríe tristemente mi pobre condición de Lobo Estepario;
Y ese lobo que soy yo en mis adentros
No ceja de carcajearse de mi parte demente
Que aún anhela creerse humana
Mientras sueña, sueña, sueña pesadillas
A medida que se alza la mañana.


Estoy cansado de gritar al Silencio,
Mi voz ya quebrada, lastimada,
Denigrada por el paso incólume del tiempo
Que con sus azadas inmisericordes clava,
Desgaja, mancilla la tierra que sé que me espera
Y desespera por tenerme en sus entrañas;
Ese Silencio al que grito
No es más que mi propia voz muda y apocada,
Esa misma voz silenciosa que grita
Y grita al Silencio a voz en grito.

Cuando ya no grite al Silencio
Dime, Amor, si mi grito
No será a caso tu propio silencio…

© El Hombre sin Sueños 2004

No hay comentarios:

Publicar un comentario